HISTORIA DE LE MANS 1966
LE MANS 66
La historia que llevó a Ford a buscar entrar en el escaparate de las carreras de velocidad y resistencia se remonta unos años atrás de la fecha marcada en el título de la película. En 1963, la Ford Motor Company seguía siendo la principal fábrica de autos de Estados Unidos, pero sus ventas habían disminuido ante la pujanza de General Motors y de otras marcas, algunas de las cuales comenzaban a llegar desde el extranjero.
Mientras Ford se había centrado a lo largo de su historia en hacer modelos utilitarios, el mercado estaba pivotando hacia propuestas más agresivas: era la época de los primeros deportivos y Ford aún no había lanzado ni su primer Mustang, modelo mítico en el que por cierto tuvo mucho que ver el ejecutivo Lee Iacocca, interpretado en la cinta por Jon Bernthal.

PANORAMA
Con este panorama, la Ford, entonces dirigida por Henry Ford II, nieto del empresario original, decidió que una buena forma de llamar la atención de las nuevas generaciones era exponer sus coches en carreras de velocidad, algo que nunca habían hecho. Y ahí, la primera opción que se les ocurrió, como se muestra en la película, fue intentar la compra de Ferrari.
Ford solo impulsó su proyecto de carreras durante los 60. Cuando consiguieron aumentar sus ventas, dejaron de financiarlo
La escudería Ferrari, comandada por el mítico Enzo, había logrado arrasar en las últimos campeonatos mundiales y en concreto en Le Mans, donde los caballos rampantes mostraban su resistencia frente al resto de escuderías. La OPA sin embargo no salió bien. Pese a ofrecer una suma de 10 millones de dólares, Enzo descartó la opción al comprobar que no tendría el control total de su sección de carreras. Unos meses después, Ferrari, que estaba pasando apuros económicos, sí que aceptó la adquisición por parte de FIAT, esta vez con un acuerdo que sí respetaba su independencia en la competición.
ESCUDERIA

Sobre la relación casi burlesca entre los dos magnates que retrata la película, se ha escrito mucho, y parece ser que sí que fue así. AJ Baime, autor de Go Like Hell: Ford, Ferrari, y su batalla por la velocidad y la gloria en Le Mans (libro en el que se basa la película) recoge al respecto que “se podría decir que el CEO más famoso y poderoso de Estados Unidos, Henry Ford II, se enfrentó a Enzo Ferrari, el hombre más narcisista que caminó por la tierra, pero merecidamente, porque era un genio. No podrías escribirlo mejor”.
El nacer del GT40
A comienzos de los sesenta empezó a sonar un rumor: Ford podría estar detrás de Ferrari. Enzo estaba sufriendo algunas dificultades financieras y la marca americana incluso elaboró ciertas auditorías para determinar el valor y los activos de Ferrari de cara a una posible venta. Había una comunicación total y todo parecía indicar que podría ser así: Ford conseguía una empresa especializada en competición y con un alto nivel de tecnología, mientras que Ferrari podría seguir fabricando sus espectaculares coches de calle con tranquilidad financiera.

Pero finalmente Enzo Ferrari recapacitó y dijo que prefería mantener la independencia de un gran grupo extranjero y detuvo el proceso de venta. Henry Ford II, enfurecido, ordenó a su equipo trabajar para poder vencer a Ferrari en la pista. De esta manera, la marca de Detroit empezó a trabajar con marcas que le resultaban más cercanas, como Lotus o Lola, con las que ya colaboraban en distintas competiciones. Lotus en la Indy 500 y Lola utilizó en Le Mans un motor V8 de origen Ford para hacer un gran papel en 1963: su experiencia en esta competición, objetivo principal de Ford, fue determinante para apostar por ellos.
Carrol shelby
Carroll Shelby fue un expiloto que consiguó ganar en Le Mans a finales de los 50, antes de que unos problemas cardíacos le obligaran a retirarse. Entonces fundó su compañía, un fabricante independiente que consiguió importar coches Cobra desde Europa. Desde el comienzo, la Shelby American y la Ford mantuvieron una relación empresarial en la cual se prestaban tecnología y avances.

Y así llegamos a Le Mans 66, la mítica carrera, donde la película resumen bastante bien todo lo ocurrido durante la misma. Durante las pruebas para la carrera Ford sufrió un nuevo golpe con la muerte durante una práctica del piloto Walt Hansgen, lo que estuvo a un paso de hacer que no compitieran, pero aún así lo hicieron con ocho coches, tres de ellos al cargo de Shelby.
Es cierto que Miles sufrió nada más comenzar un problema con su puerta, y es cierto que se le obligó a frenar cuando iba en cabeza para que se produjera la mítica foto con los tres Fords entrando en línea de meta a la vez.
La organización de Le Mans le dio la victoria al Ford conducido por Chris Amon y McLaren -que después fundaría la escudería que compite en F1- porque inició la carrera unas cuantas posiciones por detrás del Shelby de Miles. Había recorrido, por lo tanto, unos metros más.
Es cierto que Ford desconocía esta norma y que esperaba que se decretara un empate que finalmente no ocurrió. Y también es cierto que, en realidad, lo que buscaba la compañía era conseguir esa foto de marketing por encima de cualquier otra cosa, privando a Miles de ser el único piloto en conseguir en un mismo año la victoria en las 24 horas de Daytona, las 12 horas de Sebrings, y Le Mans.
