Fue el primer país del mundo en reestructurar su moneda, a consecuencia de la I Guerra Mundial.
En el año 1923 eliminó 12 ceros a su moneda y luego en 1948 le quito 1.
Luego de la guerra, el gobierno tuvo que imprimir grandes cantidades de efectivo para enfrentar el costo del conflicto.
Sus nuevas emisiones, conocidas como papiermark, no tenían respaldo en oro y con eso, no podían garantizar el verdadero valor del papel moneda.
Para este entonces, el billete de más alta denominación fue el de 100 billones de marcos.
En cuestión de unos meses, en 1923, un dólar estadounidense pasó de vale 4 marcos a 4,2 billones de marcos.
BIELORRUSIA (2016)
En junio de 2016, quitó 4 ceros a su moneda debido a la inflación y sus devaluaciones, que llegó a caer tanto que era necesario 21.700 rublos para obtener 1 dólar estadounidense.
La devaluación de la divisa se ha mezclado con la crisis económica que provocó en Rusia, la caída del precio del petróleo y las sanciones occidentales.
Hasta ahora Bielorrusia era uno de los pocos países el mundo que solo emitían monedas con motivos conmemorativos, pero sin uso comercial.
GRECIA (1944)
Durante la Segunda Guerra Mundial, la hiperinflación destruyo Grecia, que había sido una economía bastante próspera hasta 1940.
Como no tenían otra manera de financiarse, el gobierno comenzó a emitir dinero y de ahí en adelante la crisis no se detuvo.
El billete con más ceros a emitir fue de: 100.000 millones de dracmas.
Luego de la II Guerra Mundial hubo una caída en la producción agrícola que arrojó una escasez severa de alimentos en las principales ciudades y un periodo conocido como la Gran Hambruna.
Tras la liberación del país, el gobierno hizo tres intentos a lo largo de 18 meses antes de lograr cierta estabilidad, a través de una reforma fiscal, préstamos y la introducción de una nueva moneda.
HUNGRÍA (1945)
El gobierno no fue capaz de controlar la inflación. Era tan grave la crisis que el mandatario tenía que anunciar la última tasa de inflación todas las mañanas, para que los trabajadores pudieran negociar sus salarios.
La crisis monetaria húngara empezó con el ‘crac’ del 29 y se acentuó con el final de la Segunda Guerra Mundial: el 50% de la industria quedó destruida, la producción de carbón cayó un 40% y los puentes del Danubio fueron derribados.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Hungría experimentó la hiperinflación más intensa de la que se tengan registros en la historia mundial.
Hungría emitió el papel moneda de más alta denominación en la historia mundial: el billete de 100 trillones de pengos, que luego fue reemplazado por el adopenso y más tarde por el florín.
La reforma económica fue “relativamente sencilla”, introduciendo una nueva moneda, el florín con un cambio fijo de divisas de 1:1, en ello, se garantizó la convertibilidad con reservas de oro y se introdujeron tasas positivas de intereses.
IRÁN (1975)
La moneda más devaluada a nivel mundial es el Rial iraní, que estuvo anclado a la libra esterlina y luego al dólar estadounidense hasta 1975.
Una vez que la revolución islámica en el país generó una salida masiva de capitales, se generó una devaluación brutal, incluso se presume que el Banco Central de Irán llegó a vender 250 millones de dólares al día, para mantener la tasa de cambio entre 9.800 y 9.900 riales por dólares durante la década de 2000.
Hoy en día, la tasa de cambio del Rial se mueve entre denuncias por parte del gobierno de Irán, que acusa a la CIA de desestabilizar la moneda nacional, devaluaciones constantes y el debate sobre una inminente redenominación que le quitaría 4 ceros a la moneda.
Yugoslavia (1994)
La República Federal de Yugoslavia (integrada por Serbia y Montenegro) vivió uno de sus peores momentos inflacionarios cuando se calculó que la tasa de inflación llegó a 65% diario.
La hiperinflación duró cerca de dos años, época en que el país no tenía capacidad productiva y enfrentaba un bloqueo internacional producto de la progresiva disolución de la ex-Yugoslavia.
Yugoslavia vivió la tercera mayor hiperinflación de la historia.
Como forma de detener el descontento social y negociar el final de sanciones impuestas por las Naciones Unidas, el líder serbio Slobodan Milosevic, aceptó adoptar una nueva moneda sustentada en las reservas de oro y divisas fuertes.
Esta crisis aumentó la tensión en la zona, que cuatro años después empezaría su disolución.
Zimbabwe (2009)
El país africano redujo su crecimiento económico a la mitad entre 2000 y 2008, lo que se considera la mayor contracción de una economía.
Para el año 2000, Zimbabwe se ganó el segundo puesto de las hiperinflaciones históricas llegando a copar una crisis monetaria 70 veces mayor que la que vive actualmente Venezuela.
El papel moneda perdió su valor y obligó a sus habitantes a buscar oro en las orillas de los ríos, a comerciar mediante el trueque o a utilizar divisas extranjeras.
En 2009, la ex colonia británica emitió el dólar zimbabuense de más alta denominación: 100 billones de dólares pero el país perdido su moneda y adoptó el Rand de Sudáfrica y el dólar estadounidense.
En el año 2016, años después de la extinción del dólar zimbabwense, se lanzó el dinero bono, necesario para el comercio, una creación porque había problemas de efectivo.