Quizás no hayas oído hablar de ella, porque como siempre ocurre la historia suele olvidarse de las mujeres, pero Anne Bonny fue una de las piratas más conocidas del mar Caribe durante el siglo XVII.
Su llegada al mundo ya no fue ortodoxa. Anne Bonny, nacida en County Cork, Irlanda, el 8 de marzo de 1698, era hija de William Cormac, un abogado irlandés, y de una criada de su esposa. El adulterio desvelado con el nacimiento de la niña fue todo un escándalo. La presión social obligó a William y su amante a emigrar a Carolina del Sur donde empezarían una nueva vida con Anne.
La habilidad de su padre con los negocios permitió a Anne Bonny vivir una niñez y adolescencia alejada de la pobreza y obtener un buen nivel educativo. Sin embargo, debido a su carácter rebelde, tuvo continuos enfrentamientos con su progenitor hasta que abandonó el hogar para buscar fortuna en las Bahamas
Cegada por la idea romántica que tenía de los piratas, recién cumplidos dieciséis años se enamoró locamente de un marinero llamado James Bonny, quien había coqueteado con la piratería, al que conoció durante sus habituales escapadas al puerto y con quien se casó a espaldas de sus padres.
El marinero ambicionaba apropiarse de la fortuna del padre. Pero Cormac, que siempre se mostró receloso con su yerno, desheredó a su hija única para hacer fracasar los planes de James Bonny.
Este episodio provocó que el matrimonio decidiera abandonar Charleston y probar fortuna en New Providence (actualmente Nassau), en las Bahamas.
En sus años en la isla, conoció al pirata Jack Rackham, apodado "Calico Jack", de quien se enamoró. Se decía que Jack Rackham era un joven notablemente atractivo y su temperamento coincidía con el de Anne. Había sido intendente a bordo del "Ranger", bergantín de Charles Vane, uno de los piratas más conocidos de la zona, antes de deponerle y acabar siendo capitán en su lugar.
Anne supo que su marido James era consciente de su engaño con Jack y que había denunciado el caso al gobernador Woodes Rogers, que amenazó con azotarla públicamente. La pareja decidió reunir una tripulación y robar un barco en el puerto, reanudando así su carrera en la piratería, pero esta vez al mando de su propio barco.
Tuvieron una temporada de caza relativamente exitosa, aunque sus botines solían consistir en embarcaciones de pescadores. Dicen que en este tiempo Bonny se quedó embarazada por lo que hicieron un alto en Cuba para dejar el bebé al cargo de unos conocidos de Jack.
Al poco tiempo la pareja pirata capturó un barco alemán, donde un joven extremadamente delicado y bello llamó la atención de Anne. Jack receloso de la relación, aparentemente más allá de la amistad entre Anne y el joven, pidió explicaciones y descubrió entonces que tal joven no era si no otra mujer que se había vestido de hombre.
Con Mary como nueva compañera la fortuna siguió sonriendo a la pareja, ambas mujeres peleaban igual que cualquier hombre y no hubo problemas con el resto de tripulantes. Rodeados de caza-piratas y patrullas de la armada real, en octubre de 1720, un navío dirigido por el comandante Jonathan Barnet a las órdenes del gobernador de Jamaica puso fin a sus días de piratería.
La captura del barco de Rackham fue tarea sencilla, pues la mayoría de los tripulantes, poco precavidos, estaban ebrios y apenas opusieron resistencia. De hecho, la leyenda cuenta que precisamente fueron las dos mujeres las últimas en caer y las únicas que permanecieron en cubierta luchando como diablos hasta que fueron capturadas por la fuerza.
El juicio que se celebró en las semanas próximas tuvo eco y repercusión en todo el Caribe. Además hizo historia, pues los informes redactados al respecto pasaron a ser el primer documento escrito que habla sobre la existencia real de mujeres a bordo de un barco pirata
Mientras que Jack Rackham y el resto de la tripulación masculina fueron condenados a la horca, Anne y Mary aseguraron encontrarse embarazadas. Como era habitual en tales casos, la inspección médica de una comadrona confirmó el estado y como no podía ejecutarse a una embarazada sino después de haber dado a luz para no matar al nonato inocente, permanecieron presas a la espera pero a los pocos meses, Mary murió de unas fiebres.
A Anne, a pesar de su condición de prisionera, se le permitió visitar a Jack en su celda antes de que fuese ejecutado, las únicas palabras que la muchacha le dirigió entonces fueron: «A Anne, a pesar de su condición de prisionera, se le permitió visitar a Jack en su celda antes de que fuese ejecutado, las únicas palabras que la muchacha le dirigió entonces fueron: «Lamento verte así, Jack —dijo—. Pero si hubieras luchado como un hombre, ahora no tendrían que colgarte como a un perro».
Lo más curioso fue que, de la noche a la mañana, Anne desapareció del presidio y, algunas fuentes aseguran, que fue gracias a la intervención de su padre, el cual convenció al gobernador para llevarla a un convento y ordenarla monja. Las pruebas aportadas por los descendientes de Anne Bonny sugieren que su padre logro sacarla y llevarla a Charleston, donde dio a luz al segundo hijo de Calico Jack.
El 21 de diciembre de 1721 se casó con un hombre local, de nombre Joseph Burleigh, y tuvieron juntos 8 hijos. Murió en Carolina del Sur siendo una mujer respetable, a la edad de 84 años, siendo enterrada el 25 de abril de 1782.