Cultivar la amabilidad
Elegir y proponerse pequeños actos de generosidad o amabilidad diarios.
Elegir la oportunidad. Qué hacer, con qué frecuencia e intensidad.
Variar y mezclar constantemente los actos de amabilidad, lo que requiere creatividad y esfuerzo.
Recordar que los actos amables provocan reacciones en cadena.
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