- Rapidez en el escrutinio de mesa
- El proceso de votación resulta ágil dado que puede haber dos electores votando simultáneamente sin que se formen largas filas de votantes a la espera de su turno
- Evita que las actas de escrutinio sean confeccionadas con errores
- Permite y mantiene el escrutinio provisorio
- Sortea las tensiones propias de los fiscales partidarios por interpretar la validez o nulidad de un voto
- Elimina algunas de las viejas prácticas políticas como el “voto cadena” y el “robo de boletas”, los cuales permitían controlar la voluntad de los electores y/o entorpecer el acceso de determinadas fuerzas políticas
- Desconfianza partidaria sobre la auditoría del código fuente. Consenso del arco político opositor sobre la escasa o nula transparencia en la publicidad de estos mecanismos de control y revisión.
- Pérdida de privacidad de los electores con dificultades para votar. Si bien el sistema de BUE es de operación simple, las múltiples candidaturas puestas en juego durante estos comicios exigía un conocimiento previo de la oferta electoral y su consiguiente capacitación.
- Fragilidad de la fiscalización partidaria al momento del escrutinio de mesa. Se observó que en general los fiscales no demandaron el monitoreo de lo impreso en cada boleta, sino que las BUE eran leídas por el lector con mucha rapidez en la mayoría de los casos.
- Principio de la universalidad del voto. La introducción de la BUE representa un cambio cultural que exige tiempo y adaptación. Si bien este principio se aplica a cualquier cambio de sistema, resulta importante remarcarlo, ya que de no darse paulatinamente la incorporación de tecnología en la emisión del sufragio podría puede excluir a un importante porcentaje del padrón electoral.