La paradoja de la transición chilena a la democracia es que ésta descansa principalmente en consensos y negociaciones alcanzados, y le da la espalda al movimiento ciudadano que la impulsó y le dio legimitidad.
"Es el rechazo y distancia con la instucionalidad, con el sistema, con la policía, con los adultos, con la formalidad, con el control social, con el orden establecido y su simbología siempre presente. Los íconos del orden representan una provocación permanente... Este rechazo no se concreta ni materializa en un papel de actor social constitutivo de movimiento, ni en un papel militante transformador; se expresa en mil fragmentos y acciones diferentes: en el consumo de drogas, en el ́carrete ́, en los ritos multifacéticos que cobran vida cuando cae la noche, en la poesía y en los
murales callejeros, en el lenguaje hermético, en las pandillas, en el consumo de alcohol, en el sexo, etc."
Revista Chilena de
Temas Sociológicos, 4 y 5, 1999, pp. 43-92
http://www.attac.es/2016/01/27/como-ser-un-anticapitalista-hoy/