Sheila Samantha Mendez Perez
El cuidado del agua es el uso racional que hacemos los seres humanos de este recurso renovable tan necesario y delicado para nuestra vida en la Tierra , para todas las formas de vida que hay en el planeta.
El agua está en todas partes: cubre el 75% de la superficie de la Tierra en forma de mares y océanos; penetra en las masas continentales a través de innumerables ríos, y baña en forma de lluvia casi todo el planeta.
Asimismo, el agua es un recurso imprescindible para el buen funcionamiento de las sociedades.
A través de las centrales hidroeléctricas, proporciona la mayoría de la energía eléctrica que consumimos diariamente.
También la usamos para lavar y cocinar los alimentos, bañarnos y asearnos, regar las plantas, beber, limpiar nuestros hogares y las vías públicas. Es esencial para el funcionamiento del aire acondicionado y la calefacción.
Aunque ya comprendemos que el agua es muy importante para la vida y la sociedad, quizá podríamos pensar que, habiendo tanta agua en el planeta, no hay necesidad de cuidarla o ahorrarla.
El agua dulce es la que no tiene sal y, por tanto, es insípida al gusto. Se encuentra en ríos y lagos. Tampoco es apta para el consumo humano, pero sirve para generar energía eléctrica y para las labores del hogar. Solo el 3% del agua del planeta es dulce.
El agua potable es la que se puede beber sin peligro de contraer enfermedades, es decir, que no está contaminada.
No existe naturalmente en la naturaleza, sino que se obtiene al someter el agua dulce a tratamiento mediante procedimientos químicos.