el existencialismo

Luis Felipe Barreto Araujo 

el existencialismo

Objetivos del día 

  • Cerrar con el existencialismo y ver cómo dialoga con el resto de la literatura. 

Lo que fue, eso será, y lo que se hizo, eso se hará; no hay nada nuevo bajo el sol

desempolva tus apuntes

reto del día

Explica por qué este video es existencialista. Identifica al menos una característica del existencialismo. 

Flujo de conciencia

Monólogo interior

•Técnica narrativa que tiene como objetivo representar el modo en que funciona la conciencia.

•Se relaciona fuertemente con la asociación libre (Freud)

•Poco o nulo uso de los signos de puntuación.

•Sintaxis confusa, yuxtapuesta, desarticulada.

I

Flujo de conciencia

Monólogo interior

•Representa que el pensamiento no es lineal, por lo que la narración tampoco lo es.

•Narración en primera persona, como es característico del existencialismo (El extranjero)

•Representa de manera fiel la psicología del personaje.

II

eclesiastés 

Rey Salomón  

«Nada tiene sentido—dice el Maestro—, ¡ningún sentido en absoluto!».

3 ¿Qué obtiene la gente con trabajar tanto bajo el sol? 4 Las generaciones van y vienen, pero la tierra nunca cambia. 5 El sol sale y se pone, y se apresura a dar toda la vuelta para volver a salir. 6 El viento sopla hacia el sur y luego gira hacia el norte. Da vueltas y vueltas soplando en círculos. 7 Los ríos desembocan en el mar, pero el mar nunca se llena. Luego el agua vuelve a los ríos y sale nuevamente al mar. 8 Todo es tan tedioso, imposible de describir. No importa cuánto veamos, nunca quedamos satisfechos. No importa cuánto oigamos, nada nos tiene contentos.

9 La historia no hace más que repetirse; ya todo se hizo antes. No hay nada realmente nuevo bajo el sol. 10 A veces la gente dice: «¡Esto es algo nuevo!»; pero la verdad es que no lo es, nada es completamente nuevo. 11 Ninguno de nosotros recuerda lo que sucedió en el pasado, y las generaciones futuras tampoco recordarán lo que hacemos ahora.

Monólogo  

Simone de Beauvoir 

Estoy harta, estoy harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta harta.


Asqueroso Tristan quiero que me invite al restaurante al teatro se lo exigiré yo no exijo lo que debería todo lo que sabe hacer es aparecer por aquí solo o con el niño me dedica grandes sonrisas maquilladas y al cabo de una hora alza el vuelo. ¡Ni siquiera esta noche ni señales! ¡Asqueroso! Me aburro enormemente no es humano. Si durmiera mataría el tiempo. Pero ese ruido afuera. Y se burlan de mi cara: «Está sola». No van a guasear cuando Tristan vuelva a mí. Volverá lo forzaré a volver. Iré otra vez a los modistos daré fiestas cócteles publicarán mi foto en Vogue con un gran escote mis pechos no tienen nada que temer. (52 -53)

Me proponía, en La femme rompue, reflejar los momentos críticos de tres existencias femeninas: el encuentro con la vejez; la exasperación de una soledad; el fin brutal de un amor. Lo que me interesaba esencialmente en estas historias era la “mauvaise foi” (la mala fe) más o menos testaruda con la que mis heroínas llevaban a cabo su combate

•Según el existencialismo, el no hacer uso de la libertad individual es "mala fe" en tanto conduce al quietismo y a la "cosificación"

•Para el existencialismo, cuando ese "quietismo" no proviene del mismo individuo, sino que se le es impuesto, es opresión

•La liberación femenina consistiría en salir de esa mala fe y poner en ejercicio su libertad para autodefinirse.

La nausea 

Jean Paul Sartre 

Me gusta mucho recoger las castañas, los trapos viejos, sobre todo los papeles. Me resulta agradable cogerlos, cerrar mi mano sobre ellos; por poco me los llevaría a la boca como los niños. Anny montaba en cólera cuando me veía levantar por una punta papeles pesados y untuosos, pero probablemente sucios de excrementos. En verano o a comienzos del otoño se encuentran en los jardines pedazos de periódicos que el sol ha cocinado, secos y quebradizos como hojas muertas, tan amarillos que se dirían pasados por ácido pícrico. En invierno hay montones de papeles aplastados, sucios; vuelven a la tierra. Otros nuevos, y hasta lustrosos, blancos, palpitantes, se posan como cisnes, pero la tierra ya los deshace por debajo. Se retuercen, escapan al fango, para ir a aplastarse un poco más lejos, definitivamente. Es lindo recoger todo eso. A veces los palpo simplemente, mirándolos de muy cerca; otras los rompo para oír su larga crepitación, o bien, si están muy húmedos, les prendo fuego con no poco trabajo; después me limpio las palmas de las manos embarradas en una pared o en el tronco de un árbol.

 Pues bien, hoy estaba mirando las botas leonadas de un oficial de caballería que salía del cuartel. Al seguirlas con la mirada, vi un papel junto a un charco. Creí que el oficial iba a hundir con el tacón el papel en el barro; pero no: de un tranco pasó por encima del papel y del charco. Me acerqué: era una hoja rayada, sin duda de un cuaderno de escuela. La lluvia la había empapado y retorcido; estaba llena de granitos e hinchazones como una mano quemada. La línea roja del margen, desteñida, había dejado una sombra color de rosa; la tinta estaba corrida en algunos lugares. La parte inferior de la hoja desaparecía bajo una costra de barro. Me incliné; ya me regocijaba pensando en tocar la pasta tierna y fresca que formaría entre mis dedos bolitas grises… No pude.
    Me quedé agachado un segundo; leí: “Dictado: El búho blanco”, después me incorporé con las manos vacías. Ya no soy libre, ya no puedo hacer lo que quiero.
    Los objetos no deberían tocar, puesto que no viven. Uno los usa, los pone en su sitio, vive entre ellos; son útiles, nada más. Y a mí me tocan; es insoportable. Tengo miedo de entrar en contacto con ellos como si fueran animales vivos. 

Ahora veo; recuerdo mejor lo que sentí el otro día, a la orilla del mar, cuando tenía el guijarro. Era una especie de repugnancia dulzona. ¡Qué desagradable era! Y procedía del guijarro, estoy seguro; pasaba del guijarro a mis manos. Sí, es eso, es eso; una especie de náusea en las manos.

La nausea, Jean-Paul Sartre

Cierre 

Analiza este post y explica en un párrafo por qué es existencialista. ¿Dónde se evidencia la "mala fe"?

termo reto

Reto de la clase

Leer la primera parte de “La metamorfosis” de Kafka y escribir un resumen y una reflexión acerca del principio de esta novela corta. 

Leer de la página 2 a la 6. 

6 Existencialismo

By Luis Felipe Araujo

6 Existencialismo

Cierre

  • 44