Lo concreto de la realidad inventada no es, en efecto, arbitrario y subjetivo como un movimiento de fantasía individual; tiende hacia lo universal porque es plurifuncional; el objeto-imagen, estético, protésico, o técnico, es un nudo de actualidad ligado a la red de las realidades contemporáneas; lo menos estable en apariencia, la moda indumentaria por ejemplo, es invención real en la medida en que la ropa integra como unidad disponibilidades económicas y normas operatorias o perceptivas: las botas blancas de invierno y los abrigos impermeables de igual color corresponden a la disponibilidad de materias plásticas sintéticas tenidas en masa, lo que asegura la estabilidad cromática, pero también la búsqueda de un alto grado de perceptividad en malas condiciones de iluminación; existe un parentesco entre estas prendas y la de los obreros que trabajan en las rutas, una analogía entre las prendas adornadas de blanco y los balizajes o marcas que se emplean en aviación, en astronáutica; las indumentarias son «opticalizadas» más o menos tímidamente, lo cual quiere decir que se declaran como objetos protésicos para el exterior, para todos los terrenos y todos los cielos, no como indumentaria de calle o de interior. (p. 21)