APAO CAT
APAO es una asociación sin ánimo de lucro que se dedica a dar un hogar a gatos de la calle o que han sido abandonados.
¿No sería ideal si lo único que tuviéramos que hacer para presentar nuestro nuevo gato a nuestro perro residente fuese un breve apretón de manos? Desafortunadamente, no es tan sencillo, lo que significa que deberemos tener expectativas realistas desde un principio, tal como vimos en el capítulo anterior ¿Cómo presentar tu nuevo gato a tus otros gatos?.
Tendremos que tener mayor cuidado al hacer las presentaciones entre un perro y un gato. Un perro puede lesionar gravemente, incluso matar, a un gato muy fácilmente, aun si sólo están jugando, puesto que lo único que requiere es una sacudida rápida para romper el pescuezo del gato. Algunos perros tienen el impulso de cazar presas tan alto que nunca se les debe dejar solos con un gato. .
Normalmente, los perros quieren perseguir y jugar con los gatos, y normalmente los gatos se ponen temerosos y defensivos. Además de utilizar las técnicas que hemos descrito en el capítulo ¿Cómo presentar tu nuevo gato a tus otros gatos? para comenzar a presentar nuestro nuevo gato a nuestro perro residente, deberemos seguir los pasos siguientes.
Si nuestro perro no sabe todavía los comandos “siéntate”, “abajo”, “ven” y “quédate”, comenzaremos a trabajar en ellos inmediatamente. Trocitos de comida aumentarán la motivación de nuestro perro para que cumpla, lo que será necesario en presencia de una fuerte distracción como es un gato nuevo. Incluso si nuestro perro ya los conoce, trabajaremos para reforzarlos a cambio de golosinas.
Después de que nuestro nuevo gato y nuestro perro residente se sientan a gusto comiendo en lados opuestos de la puerta y hayan quedado expuestos a sus respectivos olores, como ya hemos explicado, podemos intentar una presentación cara a cara de una forma controlada. Pongámosle al perro su correa y hagamos que se siente o acueste y que quede para recibir golosinas. Hagamos que otra persona le ofrezca a nuestro gato algunos artículos de comida especiales.
Al principio, el gato y el perro deben estar en lados contrarios de la habitación. Muchas visitas cortas son mejores que unas pocas visitas largas. No dejemos que la visita se prolongue tanto que el perro se vuelva incontrolable. Repitamos este paso varias veces hasta que tanto el gato como el perro toleren la presencia del otro sin temor. Los animales pueden quedar lesionados gravemente en peleas.
Ahora, permitamos que nuestro gato tenga libertad para explorar a nuestro perro a su propio ritmo, con el perro todavía amarrado con correa y en una posición “abajo-quédate”. Mientras tanto, sigamos dándoles a nuestro perro golosinas y elogios por su comportamiento calmado.
Si nuestro perro se para de su posición “quédate”, se les debe volver a posicionar tentándolo con una golosina y se le debe elogiar y premiar por obedecer el comando “quédate”. Si nuestro gato huye o se vuelve agresivo, estamos yendo demasiado deprisa. Regresemos a los pasos de presentación previos.
Aunque al perro se le debe enseñar que perseguir o tener juegos rudos con nuestro gato es comportamiento inaceptable, también se le debe enseñar lo que es aceptable y se le debe premiar por esos comportamientos, tales como sentarse, venir cuando se le llama o acostarse a cambio de una golosina.
Si a nuestro perro les castigamos siempre cuando nuestro gato esté presente y nunca le pasan “cosas buenas” en presencia del gato, nuestro perro podría redirigir la agresión hacia el gato.
El castigo no sería eficaz y podría empeorar las cosas.
Es posible que queramos mantener a nuestro perro a nuestro lado y amarrado con la correa cuando nuestro gato ande libre por la casa durante el proceso de adaptación.
Asegurémosnos de que nuestro gato tenga una ruta de escape y un lugar para esconderse. Y hasta que nosotros no estemos confiados de que nuestro gato estará seguro, mantengamos a los dos separados cuando no estemos en casa.
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By APAO CAT